Arequipa, 31 julio de 2018.- La Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS) viene promoviendo que las Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS) monitoreen la calidad de las fuentes de agua que abastecen del recurso hídrico a la población. Esto con el fin de evitar el riesgo de contaminación por floraciones de algas, que afecten el olor, sabor y toxicidad del agua potable.
Para Saúl Alire Benavides, coordinador de SUNASS en Arequipa, la mayoría de EPS desconocen las condiciones del agua que provienen de sus fuentes abastecedoras, debido a que no se monitorea, adecuadamente, la calidad del agua de acuerdo a los Estándares de Calidad del Agua (ECA) para el sector saneamiento.
“Las instituciones competentes deben hacer un esfuerzo multisectorial para mejorar la gestión de calidad del agua y realizar tareas de prevención en las cuencas hidrográficas, evitando la contaminación de algas, que es uno de los principales problemas ambientales que afectan a las EPS del país y que han ocasionado, en diferentes épocas, la suspensión del servicio de agua potable en diversas regiones, así como el incremento de los costos de tratamiento, en dicha coyuntura”, indicó Alire.
En este sentido, Óscar Angulo Núñez, coordinador del Área de Prestación de SUNASS, recomendó que las EPS asuman el reto de conocer sus fuentes de agua y hacer un estudio de investigación, involucrando a las universidades, que permita saber las características físicas, químicas y biológicas e identificar los diversos organismos de vida libre (OVL) de Fitoplancton (Algas y Cianobacterias) y Zooplancton (Insectos, nematodos, etc.), que habitan en el agua cruda de los embalses artificiales o naturales, como las lagunas. “Con este conocimiento podemos, inclusive, encontrar las causas de estos eventos, aún muy poco estudiados en Perú, sobre todo desde el sector saneamiento”, precisó Angulo.
Refirió que uno de los problemas que se ha registrado, en los últimos años, en los sistemas de agua potable, es la eutrofización de sus fuentes, sean estos en lagos, lagunas o embalses, que funcionan como infraestructura hidráulica de almacenamiento para la época de estiaje.
“Si, en caso, llega a la planta y no estamos preparados, esto podría traer incrementos en los costos de tratamiento para la producción de agua potable. Por ejemplo, en algunas EPS, cuyas aguas crudas provienen de embalses, los costos operativos, por metro cúbico producido, pueden incrementar significativamente hasta tres veces del valor inicial de insumos, como el sulfato de cobre o el carbón activado, que son utilizados con mayor frecuencia durante estos eventos para controlar el crecimiento algal en los cuerpos de agua”, explicó Angulo.
Además, esto conlleva a una disminución en las horas de prestación a la población, puesto que, para el mantenimiento de las captaciones y plantas de tratamiento, es necesario realizar interrupciones en el servicio provocando una disminución en la continuidad y aumento de los gastos para restablecer el servicio.
“Es importante implementar, con equipos especializados, los laboratorios de las EPS para permitir, mínimamente, monitorear parámetros físico-químicos y biológicos que den alertas para actuar oportunamente”, indicó el especialista.