Un Alto en el Desierto
Describa por favor brevemente su trayecto de Agente de cambio
Los problemas abordados son la escasez hídrica y la proyecciones existentes de Cambio Climático a nivel local que se empiezan a sentir, en un territorio como el que trabajamos siendo el borde sur del desierto más árido del mundo, como lo es Atacama, en Chile. Este territorio tiene un problema crónico con la sequía aunque en los últimos 10 años ha entrado en la denominada "Mega Sequía" que afecta a gran parte de Chile. El problema si bien es producto a nivel global, a nivel local en una zona semiárida, el agua empezó a faltar por la falta de lluvias y la ineficiencia hídrica en cuencas que pese a esto, aumentaron la demanda de agua, principalmente por el crecimiento urbano y la plantación de monocultivos agrícolas los cuales no tienen ningún tipo de regulación tanto en el uso del agua como el del suelo. Esto hizo que las familias más vulnerables de Chile, cerca de un millón de personas no tengan agua potable, por lo cual se empezó a entregar agua en camiones aljibes. A nivel local se entregan 50 litros por habitantes al día y más de 22.000 personas tienen acceso al agua solo por camión aljibe en condiciones muy precarias. Es por ello, que Un Alto en el Desierto, empezó a reciclar aguas grises provenientes de los lavamanos, para darle un reuso al agua en conjunto con las comunidades escolares que se encuentran con un acceso muy limitado al agua para concientizar y valorar el agua como un elemento central además de impedir que se riegue con agua potable, por lo cual quedan más litros de ella disponible para las personas.
Describa por favor el cambio que creó su iniciativa y cómo se logró.
El cambio mas trascendental es la creación de conciencia en la valoración del agua como un elemento central en nuestras vidas de manera práctica, cotidiana y lúdica en comunidades escolares vulnerables. El primer paso, desde hace 15 años, fue una creación de una red de escuelas en territorios con graves sequías y limitado acceso al agua potable. Eso lo realizamos a nivel de la Región de Coquimbo, que tiene una superficie parecida a Suiza, que se ubica al sur del Desierto de Atacama. El segundo paso es el establecimiento de alianzas con la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle (LBPO). Socios claves, el primer organismo diseñó un sistema de reciclaje de aguas grises de lavamanos de bajo precio y el segundo organismo era quien construía los sistemas, siendo una escuela secundaria. Aquí aprovechamos la tecnología para el cambio, ya que se instalaron 15 sistemas, diseñados por una universidad, construido por una escuela secundaria y beneficiaba a escuelas primarias, es decir una total sinergia e instalación de capacidades. Por último, se realizó un benchmarking acerca de otras experiencias similares en escuelas, encontrando muy pocos proyectos funcionando en el mundo.
¿Cómo ayudó su iniciativa a desarrollar resiliencia al cambio climático?
La resiliencia al Cambio Climático, se traduce en primer lugar a las proyecciones que hay para Chile del mismo que indican una disminución de las precipitaciones a finales de este siglo una disminución de 30% en la precipitación anual promedio combinada como un calentamiento de 1.5°C podría dar como resultado una caída del 40% en el flujo anual en los frentes montañosos, aumentando el stress hídrico del país. Es por ello que la poca agua que se tiene, en especial en comunidades vulnerables que quedan marginadas por el Código de Aguas, uno de los más liberales del mundo, se debe usar bien, y la reutilización de agua debería ser OBLIGATORIA en especial para las aguas destinadas a riego. Creemos que la reutilización es clave para la mantención de comunidades rurales afectadas por la sequía y el país en general debiese existir una estrategia hídrica. Un Alto en el Desierto va en esta dirección, en concientizar a nuestros niños y niñas en el reciclaje de aguas grises provenientes de lavamanos filtradas aptas para riego de áreas verdes y espacios útiles para población mejorando su calidad de vida. En términos concretos se lograron reciclar al día 4.140 litros diarios, que antes se botaban, filtrados aptos para el riego teniendo una proyección cercana al millón de litros recuperados cada año, siendo una experiencia que inyecta agua a la cuenca.
¿En qué decisiones relacionadas con el agua influyó o mejoró esta iniciativa?
Muy importante esto. Antes Un Alto en el Desierto, reciclaba agua gris proveniente de lavamanos de manera artesanal por lo cual, sus sistemas no entregaban agua filtrada, había un desconocimiento de la normativa sanitaria y las obras siempre presentaban fallas. Por ello, se tomó la decisión de realizar una alianza con una prestigiosa universidad a nivel nacional, para tener por un lado la ingeniería asociada a estos sistema y al análisis de las aguas, para ver el rendimiento de los filtros. Una vez realizado esto se tuvo que instalar estos sistemas en las escuelas, lo cual fue un arduo trabajo, el que fue ejecutado por docentes y estudiantes secundarios que estaban haciendo la práctica profesional. Es por ello que los sistemas mejoraron en su calidad y en la seguridad del agua entregada sea apta para riego. En cuanto al desconocimiento de la normativa sanitaria, dentro de este proceso Un Alto en el Desierto fue una de las organizaciones participantes en la primera Ley de Aguas Grises N°21.075 a nivel nacional aportando significativamente en el tema.
¿Cuáles fueron algunos de los desafíos enfrentados y cómo se superaron?
Es muy especial este proceso, porque si bien siempre nos enseñan de la importancia del agua son muy pocas organizaciones que trabajan en ella para el proceso de valoración por parte de la sociedad. Pese a la sequía, las personas siguen regando con agua potable, lavando autos, regando en horas de alta temperatura, hay significativas pérdidas de canales de riego, grandes pérdidas de aguas por empresas sanitarias teniendo un sombrío panorama y desalentador futuro. Por ello, es importante es romper la inercia, por lo cual en el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle se realizó una sub especialidad de reciclaje de recursos hídricos, esto llevo a sus estudiantes en realizar sus prácticas profesionales en la construcción y mantención de 15 sistemas recicladores de aguas grises, dejando la capacidad instalada en el sentido de que los estudiantes secundarios tienen ahora una mención hídrica, cosa que jamás en la historia habían tenido. Siendo un desafío superado mediante un estrecho vínculo, seguimiento y trabajo en terreno. Otro tema superado gracias a la alianza de organizaciones que pertenecen a Un Alto en el Desierto, es la puesta en marcha en sí de los sistemas, ya que algunos presentaron problemas en cuanto a los flujos que se pueden filtrar correctamente, aquí lo que se hizo fue el llamado "ensayo y error" encontrando los flujos adecuados para sacar rápidamente el agua reciclada y no sobrepasar la capacidad filtradora del filtro, para que el agua cumpliera la normativa sanitaria en calidad de agua.
En su opinión: ¿Continuará el cambio creado por su iniciativa?
El trabajo de Un Alto en el Desierto lleva 15 años, de aprendizajes y también de fracasos, es por ello, que en la profesionalización de nuestros sistemas de reciclaje de aguas grises, la pregunta de la sostenibilidad de los sistemas fue la inicial, ya que hay muchos proyectos que no duran ni siquiera un año. Por ello, se trabajaron unas claves, como por ejemplo, tener un destino claro del agua filtrada en cada establecimiento según los deseos de los y las estudiantes de esas escuelas, además se generó una subespecialidad el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle dejando la capacidad instalada en sus profesores y en ex alumnos del cómo se realiza la totalidad del sistema. También se tiene un líder local en cada lugar en donde se instaló el sistema de reciclaje de aguas, quienes es el encargado del funcionamiento y la mantención. En cuanto a los riesgos, el robo de las bombas u otros elementos del sistema es uno debido a la ubicación de las escuelas, en lugares vulnerables, con mucha pobreza y también alta presencia de alcohol y drogas. Otro riesgo es que algún sistema no bien mantenido puede entregar agua fuera de los límites permitidos lo cual sería un agua poco segura de usar, es por lo cual se ha dado énfasis en la importancia de la gestión y uso del propio sistema.
¿Cuáles fueron las lecciones aprendidas (buenas y malas) de la iniciativa y que puede compartir con otros?
Lecciones aprendidas -Es impresionante la cantidad de agua reciclada, de buena calidad, que si no existen esos sistemas se perdería, siendo un territorio de sequía. Nadie esperaba los rendimientos obtenidos, lo cual también es un reto para la gestión de los sistemas. -La generación de una subespecialidad de reciclaje de aguas grises en el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle fue todo un éxito, ya que los y las estudiantes realizaron su práctica en una temática muy necesaria en la zona y contribuyeron a su valoración del recurso hídrico y tener todos los aprendizajes para desarrollar un sistema. -Sin alianzas este proyecto es imposible de realizar, por ello es importante tenerlas y disponer del rol adecuado para el funcionamiento de un equipo con un mismo objetivo en común. -Son muchos los aprendizajes en materia técnica, debido a que fueron muchos los detalles a mejorar una vez iniciado el reciclaje. Los puntos más críticos fueron el establecimiento de un flujo adecuado de agua, que el sistema pudiera filtrar de manera adecuada, el transporte de materiales a lugares muy apartados y distantes entre sí, el funcionamiento de los filtros y la gestión adecuada que debe tener el agua gris para que sea un agua segura y que no emita malos olores, considerando que los sistemas se encuentran dentro de escuelas públicas de Chile.