Fortalecimiento de capacidades comunitarias de excombatientes y campesinas(os) en torno al agua y emprendimientos productivos
Describa por favor brevemente su trayecto de Agente de cambio
L@s excombatientes de la guerrilla FARC llegaron al municipio de La Paz, después de la firma del Acuerdo de Paz y la dejación de las armas, para su proceso de reincorporación socio económica; se radicaron en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Tierra Grata, muchos con no excombatientes que llegaron por reunificación familiar y para construir un proyecto de vida civil. No obstante, este ETCR no disponía de servicios públicos integrales, entre estos el agua, para los proyectos productivos que estaban implementando con apoyo de la FAO (plátano, tomate, pan coger) y con otras entidades; tampoco del suministro permanente de agua potable para consumo humano. El gobierno nacional (mientras FAO desarrolló este proyecto) aún estaba revisando los temas de tenencia de la tierra, acceso a servicios públicos y la permanencia de la población reincorporada en dicho ETCR. Por tanto, no había soluciones inmediatas a la vista para un tema altamente sensible para su bienestar y permanencia en el proceso de reincorporación. Desde hacía años atrás, la población rural de veredas cercanas como El Mirador, padecían la misma escases del recurso y dificultades para emprendimientos productivos y consumo de agua potable. El impacto en términos de seguridad alimentaria y nutricional, generación de ingresos, salud en general, entre otros, recaía sobre mujeres, hombres, niños y jóvenes de estas poblaciones rurales vecinas, una de reincorporados y otra de campesinos en los que hay víctimas del conflicto armado.
Describa por favor el cambio que creó su iniciativa y cómo se logró.
La población reincorporada de FARC junto con la población rural de El Mirador, seleccionaron la conducción de agua a través de mangueras para los proyectos productivos, como la solución comunitaria a desarrollar, en el marco del proyecto de “Reincorporación socio económica” adelantado por FAO en este territorio y financiado por el Fondo Europeo para la Paz. Se conformó un Grupo Gestor Comunitario integrado por líderes y lideresas tanto de la vereda El Mirador como de los excombatientes. Mientras FAO proveía los materiales básicos para conducir el agua desde una fuente natural hasta El Mirador y el ETCR de Tierra Grata (así como asesoría técnica especializada en infraestructura y procesos sociales), este Grupo lideraba, organizaba y gestionaba un amplio, y a veces complejo, proceso comunitario que incluyó interlocución institucional y con otros agentes del Sistema de Naciones Unidas. Las mujeres, principalmente, fueron quiénes agenciaron un trabajo de integración comunitaria, de mano de obra voluntaria, de puesta en marcha de protocolos de seguridad y cuidado, y de gobernanza del recurso, en torno a esta solución. Esto permitió que el agua llegara hasta El Mirador y el ETCR, de manera que beneficiara los distintos emprendimientos productivos impulsados, a los que a través de una cooperativa multiactiva, está asociado un número importante de reincorporados con sus familias. La iniciativa cubrió 8800 kilómetros de recorrido, se desarrolló en dos meses y contó con 1500 jornales voluntarios (días de trabajo por persona) de hombres, mujeres y jóvenes de ambas comunidades.
¿Cómo ayudó su iniciativa a desarrollar resiliencia al cambio climático?
Esta iniciativa generó impactos positivos en distintos campos. En temas ambientales y cambio climático, la falta del recurso hídrico para proyectos productivos fue resuelta. Implicó la disposición de agua a través de un sistema simple, inocuo, construido con calidad técnica, sin daño a la fuente natural de agua. El suministro de agua es gratuito y fortaleció la capacidad organizativa de dos comunidades rurales con niveles de vulnerabilidad importante, con tensiones existentes pero al mismo tiempo con necesidades compartidas; de manera notable, las mujeres (algunas víctimas de VBG) se empoderaron frente a sí mismas, sus familias y las comunidades que representaban. La iniciativa deja capacidades instaladas en las comunidades participantes para el acceso, manejo y gestión de un recurso vital, así mismo contribuyó a la sostenibilidad del Acuerdo de Paz en un territorio complejo y a un claro proceso de reconciliación que involucró a distintos actores del antiguo conflicto (ejército, víctimas, combatientes).
¿En qué decisiones relacionadas con el agua influyó o mejoró esta iniciativa?
La iniciativa es sobre agua no potable para uso productivo. El proceso de concertación respecto a la relevancia de esta obra está documentado e incluyó reuniones de socialización, asambleas comunitarias, concertación entre la comunidad y el grupo de excombatientes, el presupuesto para llevarla a cabo fue elaborado de manera compartida y con rendición de cuentas permanente, durante el proceso de construcción se contó con herramientas visuales visibles para que todos(as) los involucrados(as) pudieran monitorear el avance y evidenciar los aportes hechos por cada uno(a) de los implicados(as). El proceso generó incidencia en el acceso al recurso, el manejo sostenible del mismo, la utilización consciente frente a los emprendimientos productivos, y el reconocimiento de su conservación para que estos sean rentables y se mantengan en el tiempo. Se desarrolló un proceso de agenciamiento y trabajo comunitario y se sentaron las bases para un proceso de gobernanza del agua, a través de un plan de uso y disfrute que la misma comunidad creó y está desarrollando a la fecha.
¿Cuáles fueron algunos de los desafíos enfrentados y cómo se superaron?
Esta iniciativa, gracias al trabajo del Grupo Gestor Comunitario: Integró a dos comunidades relacionadas con el conflicto armado, por un lado, excombatientes de FARC y por otro, población campesina, entre ellos víctimas de la guerrilla y los paramilitares. Gestionó recursos de toda índole: económicos, materiales, talento humano especializado y no especializado, bienes en especie, tiempo y trabajo voluntario, acompañamiento y asesoría de la institucionalidad pública y de cooperación internacional. Diseñó protocolos de cuidado y seguridad, no solo por las características técnicas de la obra sino por las condiciones de seguridad del territorio y la población reincorporada. El proceso tuvo retos importantes relacionados con la naturaleza de la obra y las competencias del gobierno local y nacional en los temas de servicios públicos; en la tramitación de conflictos entre ambas poblaciones por la naturaleza del conflicto armado en esta zona; las tensiones entre gobierno nacional y la población reincorporada del ETCR Tierra Grata por las acciones pactadas en el Acuerdo de Paz y su puesta en marcha; la situación inicial de mujeres víctimas de violencia de género y su alta vulnerabilidad que a través de este proceso de liderazgo, se transformó positivamente.
En su opinión: ¿Continuará el cambio creado por su iniciativa?
La iniciativa conlleva varios factores de sostenibilidad, entre los cuales se puede resaltar el fortalecimiento de las bases organizativas de las comunidades reincorporada y campesina; la elaboración participativa de un Plan de uso y disfrute de la obra de agua a través del cual las comunidades realizarán procesos de gobernanza del agua, educación ambiental con los niños y jóvenes del ETCR de Tierra Grata y El Mirador, conservación de otros recursos naturales relacionados; capacidades fortalecidas e instaladas en la población reincorporada y campesina de la zona; el empoderamiento de las mujeres lideresas y la desnaturalización de las VBG; el reconocimiento y distensión de las comunidades participantes; y el relacionamiento positivo con la institucionalidad local. Además, este proceso se acompañó de una capacitación en formulación de proyectos, dejando bases para el diseño y gestión de futuros proyectos relacionados con esta obra en el Grupo Gestor Comunitario.
¿Cuáles fueron las lecciones aprendidas (buenas y malas) de la iniciativa y que puede compartir con otros?
El fortalecimiento de los liderazgos de las mujeres que desarrollaron la iniciativa de conducción de agua, fue un elemento decisivo para llevar a cabo todo el proceso, igual el hecho de enfrentar la VBG con motivaciones colectivas, hizo que emergiera la capacidad de resiliencia que tienen las mujeres vinculadas a la obra. Así mismo, la generación de espacios de diálogo, concertación y creación constantes, ayudaron a construir alternativas de solución a los problemas que surgieron cotidianamente en el proceso mismo de concertación y puesta en marcha de la obra. La comunicación asertiva y constante con los actores institucionales y comunitarios, facilitó el relacionamiento con responsables de la implementación del Acuerdo de Paz. La trazabilidad del proceso evidencia los logros, la comunidad reconoce en la iniciativa un proceso que trasciende la implementación física de una obra hacia procesos de cohesión social duraderos.