A través del fortalecimiento de las organizaciones sociales existentes y los cambios de actitudes en el tema ambiental local se ha logrado implementar procesos de recuperación de los ecosistemas, a través de la restauración de áreas degradadas, principalmente aquellas ubicadas en zonas de influencia de los sitios de captación de las fuentes hídricas (plantas potabilizadoras, acueductos rurales), la ejecución de inversiones y negocios ambientales y las practicas amigables con el ambiente en las diferentes actividades productivas de la subcuenca como herramienta de gestión integrada de recursos hídricos.
Algunas de las lecciones aprendidas fueron que metodologías de abajo hacia arriba con un enfoque participativo como el Diagnóstico Rural Participativo (DRP) permite que las propias comunidades se empoderen de los procesos de ejecución del proyecto y que conozcan la problemática socio-ambiental del área de intervención; la solución de ofrecer bienes y servicios ambientales como una oportunidad de negocios, ayuda a despertar el interés en las comunidades, porque aparte de conservar y restaurar se puede generar ingresos para mejorar la calidad de vida de la población; y el impacto de una campaña aumenta si puede perseguirse con prontitud una acción concreta, como por ejemplo la instalación de biodigestores que disminuyan la contaminación de las fuentes de agua, luego de una campaña de producción más limpia.
El caso es importante para la GIRH porque contempla la participación activa de las comunidades y las autoridades locales. Los actores locales clave han identificado sus problemas, planteando posibles soluciones y rutas a seguir e implementado prácticas amigables para la conservación y restauración de la subcuenca para una gestión integrada del recurso hídrico.