PRINCIPALES DESAFÍOS

Todos sabemos que el agua es esencial para la vida y la prosperidad de las personas.

Sobre lo que pocas personas verdaderamente toman conciencia es que las presiones crecientes del cambio climático, la población mundial en aumento, la urbanización y las necesidades energéticas cambiantes, están causando una presión sin precedentes sobre los recursos hídricos.

Lo que muchas personas desconocen es que las presiones crecientes del cambio climático, la población mundial en aumento, la urbanización y las necesidades energéticas cambiantes, están causando una presión sin precedentes sobre los recursos hídricos.

Un mundo de ciudades

No se trata únicamente del mayor número de personas para alimentar, se trata también de dónde viven. Se prevé que la población urbana mundial aumente de aproximadamente 3.3 billones en la actualidad a más de 6 billones al 2050. En parte, como resultado del desarrollo económico, nos hemos transformado en un mundo urbano de forma tan vertiginosa que las ciudades, especialmente en el mundo en desarrollo, no han seguido el paso en términos de abastecimiento de agua potable, saneamiento y tratamiento de aguas residuales.

Alimentar al mundo

Alimentar al mundo ha sido una de las prioridades principales por décadas. La tarea no está resultando fácil. Se estima que en los próximos 40 años el mundo necesitará el doble de su actual producción de alimentos para abastecer a las necesidades de la creciente población-que se prevé aumente en un 50% en 50 años. Como es bien sabido, la agricultura utiliza más agua –un recurso finito- que cualquier otra actividad humana. Esto significa que los esfuerzos que se realicen para incrementar la producción de alimentos deberán concretarse con menor cantidad de agua, en especial tomando en cuenta que el Cambio Climático someterá a los recursos hídricos a un estrés aún mayor.

Proteger los ecosistemas vitales

Los ecosistemas terrestres en las áreas aguas arriba de una cuenca son importantes para la filtración de las aguas lluvia, recarga de aguas subterráneas y regímenes de flujos de ríos. Los ecosistemas acuáticos producen una variada gama de beneficios económicos, incluyendo productos como la madera y plantas medicinales, y también proveen hábitats naturales. Los ecosistemas dependen de los flujos de agua, la estacionalidad, las fluctuaciones en los niveles de agua y tienen la calidad de agua como factor determinante. La gestión de los recursos hídricos y del territorio debe garantizar el mantenimiento de la salud de los ecosistemas, que son la base de nuestras actividades productivas.

Trabajar juntos

Las acciones necesarias para lograr la seguridad hídrica, como estrategias de reducción de la pobreza y marcos de desarrollo abarcativos, necesitan ser incorporadas en los planes de desarrollo de los países. Existe la necesidad de juntar las responsabilidades institucionales fragmentadas y los distintos intereses vinculados al agua, como las finanzas, la planificación, la agricultura, la energía, el turismo, la industria, la educación y la salud.

Una buena gestión del agua requiere la cooperación de distintos usuarios del agua, y entre aquellos que comparten cuencas y acuíferos, en un marco que permita la protección de los ecosistemas vitales de la contaminación y otras amenazas.

Invertir en financiamiento del agua

Construir esta resiliencia implica financiar en infraestructura del agua. Además implica reformar instituciones, capacitarlas y promover la buena gobernanza. De esto se trata el financiamiento de la gestión de los recursos hídricos, un área desatendida por años. Se precisa crear fuertes vínculos entre el agua y los expertos en financiamiento con el objetivo de afrontar la subinversión crónica y el desperdicio de los escasos fondos.