Simposio de la Red Interamericana de Academias

La Ciudad del Saber, en la Provincia de Panamá  fue sede entre el 15 y 18 de octubre del Simposio “Enlazando la Ciencia y la Política para mejorar la seguridad del agua en África y las Américas”, organizado por la Red Interamericana de Academias de Ciencias (IANAS por su siglas en inglés) y la Red de Academias de Ciencias de África.

El evento cuyo objetivo es fortalecer las comunidades científicas y para proporcionar una fuente independiente de asesoramiento sobre políticas a los gobiernos sobre los principales retos científicos, tecnológicos y de salud. Fue un espacio que acogió a un público de diferentes regiones en el cual participaron 60 personas, tales como expertos/as de las Universidades de Nairobi, California, Colombia, Nicaragua, Perú, también representantes del Centro de Investigación Nicaragüense de Recursos Acuáticos, Instituto Internacional de Ecología de San Carlos (Brasil), Instituto Latinoamericano de Ciencias Sociales (México), Centro de Investigación del Agua (Argentina), la Unesco, a través de la sección de hidrología para América Latina, entre otras prestigiosas organizaciones vinculadas al tema del agua.

La jornada de cada día estuvo compuesta por diferentes temas que correspondían al tema del evento, de tal forma, el primer día fue un enfoque del problema, luego propuestas y limitaciones, finalizando la jornada con la necesidad de facilitar el desarrollo de políticas para mejorar el uso de saneamiento.

Una reunión se dio en la parte final del evento, con miras a definir los puntos focales del siguiente evento de la red.

Entre los puntos que generaron discusión, resaltaron las siguientes conclusiones: 

  • Hay progreso porque se han instalado plantas de tratamiento de aguas residuales en países como en Nicaragua y Honduras. Sin embargo, hay problemas de enfermedades transmitidas por el agua, como el dengue y la malaria, lo cual indica que no se están articulando todas las áreas al hablar de agua.
  • Urge repensar la educación ambiental, esto se sustenta en el hecho que el 85% de la huella hídrica está asociada a los sistemas de riego, porque a nivel mundial la agricultura es la mayor actividad. Entonces tal vez debería empezar desde el principio a involucrar en el proceso de participación a las personas que están en las áreas de impacto, y así es más fácil evaluar las soluciones o negociar.
  • Hay que estar claro sobre qué tipo de gestión de recursos hídricos, no solamente es agua y saneamiento. Necesitamos recordar que cada ciudad está ubicada en una cuenca, esto lo olvidamos muchas veces y pensamos en relaciones de arriba abajo y no de abajo a arriba.
  • El fin de la gestión del agua urbana es asegurar agua potable, saneamiento y que esto ayude a tener otro tipo de seguridad. Basados en este principio, debemos tener claro el tipo de gestión urbana que existe, la alta contaminación de los cursos de agua, la irregularidad del abastecimiento, las fugas. No solo son necesarias grandes infraestructuras. Una nueva forma de gestión tiene que orientarnos. Es importante reconocer las relaciones del ciclo hidrológico urbano con los demás sectores. Por ejemplo, en temas de desastres. Tanto cemento en las ciudades impide el abastecimiento de los acuíferos en los entornos urbanos.
  • Existe un reto para quienes hacen divulgación, hablamos de la apertura de conocimiento quizás a una educación no formal y a nivel de políticos. Hay que pensar a partir del desarrollo de la persona, generar bienestar y para eso hay que dialogar. Los científicos son perfeccionistas y la información pasa a los políticos a destiempo. Políticos y científicos se mueven en el mismo contexto. Tenemos un lenguaje político incomprensible para los políticos y para la comunidad en general. Como soluciones a esta relación se menciona la transdisciplinariedad. Los problemas científicos no son los mismos que los problemas sociales. Hay que encontrar una metodología que permita articular, a partir de la construcción del saber. Ciencia basada en políticas. Es necesario tener claro el ciclo de las políticas públicas. El enfoque debe ser participativo, documentado, en esto cito el ejemplo del comité técnico de GWP, el cual está haciendo documentos técnicos que permiten al político entender. Ella los usa en sus gestiones con políticos. Los/as comunicadores/as son compañeros/as de ruta, hay que formarlos/as.
  • Debemos preguntarnos ¿Cómo vamos a hacer para llegar a quienes tienen que hacer las políticas? Los desafíos son más globales y comunes, pero son los mismos para todo/as. Debemos bajar la ciencia y traducirla a los políticos públicos, no convencerlos sino lograr que se transformen en políticas públicas. Hay que bajarlo a políticas no a políticos. Empecemos por poner el tema en agenda. Es romper esa brecha y la política, ligar las agendas de investigación a fondos globales de investigación.
  • La cantidad de profesionales que necesitaremos que respondan a los desafíos del futuro en materia de agua es enorme. Solo pensarlo viendo los problemas en su complejidad es materia de un próximo análisis.
  • La cooperación real y definitiva es la que deja capacidades en los países donde se desarrollan los proyectos. Tiene que ser cooperación efectiva, y no seguir dejando a los países de la misma forma y sacando provecho de éstos.
  • Convocar a redes nacionales donde se puedan interactuar ante soluciones útiles. Aunque se piense que las redes está saturado.
  • Incluir a más políticos en estos espacios, porque es a ellos a quienes debemos comprometer. Es cuestión de ir ganándolos de uno a uno, porque ellos generan agenda y pueden pasar el mensaje.